Anecdota del Rock: Bob Dylan

 

Cuento de Anécdota del Rock.

Bob Dylan.

Voy a contarles un suceso afortunado que tuve con un premio Nobel de literatura; quizá ese día por la tarde fue mi día de suerte.

Estaba en la sala de salida internacional de pasajeros esperando a que saliera Bob Dylan, quien iba a actuar en la Ciudad de México; esperaba verlo para darle la bienvenida, en eso alguien en silla de ruedas venía muy rápido esquivando a la gente empujado por Bob Dylan quien con su amigo discapacitado avanzaban rápidamente entre todos en el aeropuerto, muy divertidos los vi venir, de inmediato lo reconocí, era la persona esperada, me les uní en el recorrido de salida llegando a la puerta a buscar un taxi, al que le hicimos la parada, ayude a subir la silla de ruedas a la cajuela del taxi, cuando oí a Dylan decir que fueran al Hotel María Isabel de Reforma.

Los vi irse, de inmediato fui por mi coche para ir al hotel, al llegar apresurado pregunte al portero si no había llegado un taxi con dos pasajeros, uno de ellos el de la silla, me dijo que no, cuando en eso arribaban, de igual manera ayude a bajar la silla acercando al amigo para que se acomodara, en eso Dylan me reconoció y me dijo así:

¡-Acabo de ver en el aeropuerto a tu hermano gemelo, quien también nos ayudó con la silla-¡

Le dije que era yo mismo, que había venido rápido para ayudar aquí también; tome la silla, la empecé a empujar hacia adentro del hotel.

Bob Dylan me aceptó gustoso, los acompañe al cuarto donde el genio poeta me invito a pasar.

Ahí estábamos cuando llegó Garlan el jefe de seguridad de Bob quien no acepto mi presencia en el cuarto; trató de sacarme, empero Dylan dijo que yo, Hip70, era su invitado, en eso llegaron las maletas del personaje quien abrió una y sacó en el vestuario de la actuación que sería la tocada de la ciudad de México del día siguiente; era un traje negro antiguo con camisa y corbata de moño muy delgada y lo colgó ahí a la vista, ¿Cómo vez?

Me preguntó:

Herman:

-Muy requeté bien, excelente; respondí, me despedí, entonces Dylan sacó una camiseta de él para regalarmela.

Me retire para alistarme apropiadamente a tono con los Rockandroleros, conseguí el vestuario casi igual al que Dylan y la banda usaban, pero también mis amigos que me iban acompañando a la tocada consiguieron sus trajes antiguos y las corbatas.

En la gran fiesta estuvimos hasta adelante junto al escenario con gran entusiasmo, lo que hizo que el jefe e seguridad de Dylan acudiera a ver a los fans de hasta adelante.

Garlan corroboró que se trataba de Herman de Hip70 y sus amigos…. ¡que felicidad!

 

FIN

 

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