LA QUEMADA
Tan absorto estaba Herman por sus planes de trabajo en su misión por el Rock, que no oia de otros ajenos a su mundo, mágico musical.
Había ido su amigo Ariel para discutir algo relativo al periódico o al programa de radio que hacia Hip, cuando le comunico de la ruta del peyote. La alocada y brillante idea movió su imaginación y penetro en su corazón con extraño éstasis y profunda emoción. Se trataba de partir de un día para otro a la sierra de Nayarit, donde se celebra un antiquisimo rito precolombiano de busqueda. Si podía prestarle a su amigo alguun servicio y conocer por sí mismo algo a
la vez nuevo y muy conocido de largo tiempo atrás, lo haria.
Y se contestó :
-Si más todo aquello que sin respuesta al hombre ahoga, lo asfixia la duda humana, ¿ Por que no buscarlo? - iré en su búsqueda. Se dijo ...
Se fue su amigo del mismo modo que había llegado a la discoteca quedando en reunirse antes de que saliera el sol para partir con Gabo, rumbo a Jesús María. No había camino hasta allá pero en Tepic buscarian un avión que los subiria.
Salieron en su camionetita avanzando los mil kilómetros terrestres hasta donde estaba el aeropuerto local.
- Pregúntale a los pilotos- dijo Ariel -¿Estaán completamente seguros que nos dejarán en Jesús María?-
Hizo la pregunta a los hombres del aire que enfundados en uniformes overolverde olivo con gorra y googles replegados en la frente: contestaron: si todavía ahí está el pueblo y el rio no está -----muy crecido aterrizaremos en el lecho seco-.
La respuesta contestada fue suficiente para Herman que saco 500 pesos y se los dio al piloto que lo llevaría, y concerto la cita para el otro día antes de amanecer, que es la mejor hora para partir sin vientos peligrosos.
-Pero debo advertiles que este dinero es para pagar el combustible, mañana deberán pagar el total al subir. - Agregó el piloto dando golpesitos con su mano enguantada en el hombro de Herman.
Particularmente para herman era afortunado aquel encuentro, pues le permitió demostrar la forma como se acercaba a la suerte, la manera de conseguir en sus viajes lo que parecia sencillo pero que en realidad no lo era.
Estaba obscuro, y aún no abrian sus ojos Gabo y Ariel cuendo él ya había dejado la cama del motel donde pasaron la noche en Tepic. Ya preparado, sin precisar en la recompensa de su búsqueda, terminó de alistar la vestimenta a la que ahora agregaba un finísimo cuchillo de monte que se le quedó en algún viaje de excursión por esta misma sierra. Ajustando en la cintura del lado derecho de su pantalón imaginaba no se sabe qué cosas de esta nueva aventura.
Aunque había recorrido incontables kilómetros en nombre del Rock, auque sus jeans y chamarras tuvieran hoyos, aunque no había comido a sus horas a veces, aunque sus cabellos no estaban cortados, aunque parecía hippie, aunque saludaba muy humildemente: Herman conservaba aquel aire imponente que tanto magnetismo atraía hacia su persona.
- Al levántarse -gritó humorísticamente a sus amigos.
El jardín del motel donde salió a esperar que se levantaran, lucía con la magía de la penumbra, acababan de brotar las hojas sobre los abedules, álamos blancos, olmod, cerezos y encinos; las ramas de los cerezos estaban cuajadas de flores y los pétalos que aún nos se desprendían parecian flotar. Cerca sobre la alberca los pájaros revoloteaban mojándose el pico, todo en esta parte era verde claro en la otra era sombrio.
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CONTINUA ....
la vez nuevo y muy conocido de largo tiempo atrás, lo haria.
Y se contestó :
-Si más todo aquello que sin respuesta al hombre ahoga, lo asfixia la duda humana, ¿ Por que no buscarlo? - iré en su búsqueda. Se dijo ...
Se fue su amigo del mismo modo que había llegado a la discoteca quedando en reunirse antes de que saliera el sol para partir con Gabo, rumbo a Jesús María. No había camino hasta allá pero en Tepic buscarian un avión que los subiria.
Salieron en su camionetita avanzando los mil kilómetros terrestres hasta donde estaba el aeropuerto local.
- Pregúntale a los pilotos- dijo Ariel -¿Estaán completamente seguros que nos dejarán en Jesús María?-
Hizo la pregunta a los hombres del aire que enfundados en uniformes overolverde olivo con gorra y googles replegados en la frente: contestaron: si todavía ahí está el pueblo y el rio no está -----muy crecido aterrizaremos en el lecho seco-.
La respuesta contestada fue suficiente para Herman que saco 500 pesos y se los dio al piloto que lo llevaría, y concerto la cita para el otro día antes de amanecer, que es la mejor hora para partir sin vientos peligrosos.
-Pero debo advertiles que este dinero es para pagar el combustible, mañana deberán pagar el total al subir. - Agregó el piloto dando golpesitos con su mano enguantada en el hombro de Herman.
Particularmente para herman era afortunado aquel encuentro, pues le permitió demostrar la forma como se acercaba a la suerte, la manera de conseguir en sus viajes lo que parecia sencillo pero que en realidad no lo era.
Estaba obscuro, y aún no abrian sus ojos Gabo y Ariel cuendo él ya había dejado la cama del motel donde pasaron la noche en Tepic. Ya preparado, sin precisar en la recompensa de su búsqueda, terminó de alistar la vestimenta a la que ahora agregaba un finísimo cuchillo de monte que se le quedó en algún viaje de excursión por esta misma sierra. Ajustando en la cintura del lado derecho de su pantalón imaginaba no se sabe qué cosas de esta nueva aventura.
Aunque había recorrido incontables kilómetros en nombre del Rock, auque sus jeans y chamarras tuvieran hoyos, aunque no había comido a sus horas a veces, aunque sus cabellos no estaban cortados, aunque parecía hippie, aunque saludaba muy humildemente: Herman conservaba aquel aire imponente que tanto magnetismo atraía hacia su persona.
- Al levántarse -gritó humorísticamente a sus amigos.
El jardín del motel donde salió a esperar que se levantaran, lucía con la magía de la penumbra, acababan de brotar las hojas sobre los abedules, álamos blancos, olmod, cerezos y encinos; las ramas de los cerezos estaban cuajadas de flores y los pétalos que aún nos se desprendían parecian flotar. Cerca sobre la alberca los pájaros revoloteaban mojándose el pico, todo en esta parte era verde claro en la otra era sombrio.
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